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Andrea Casallas es una actriz y bailarina de butoh de origen colombiano, radicada en Biel/Bienne, Suiza desde 2005. A su llegada a Suiza, pasó a formar parte del grupo de teatro Obini, dirigido por Delia Coto, y actuó como actriz en todas las producciones del grupo entre 2007 y 2015. Al mismo tiempo formó dúo con la artista de circo Eva Cermak, con quien realizó numerosos espectáculos de danza del fuego.

 

En 2013 conoció a la bailarina, docente y coreógrafa Susanne Daeppen, lo que le permitió continuar su formación en danza Butoh, que inició en 2003 en Quito -Ecuador, con Susana Reyes, una de las figuras más representativas de la danza butoh latinoamericana y creadora del “Butoh de los Andes”.

 

A partir de ese momento Andrea Casallas centró su desarrollo y creación artística en la danza Butoh, continuando su formación con los maestros más representativos de este movimiento de danza, como Yumiko Yoshioka, Tadashi Endo, Minako Seki, Atutshi Takenouchi, Seisaku e Imre Thormann. En 2015, Andrea recibió la beca OFF-Stage del Cantón de Berna, que le permitió estudiar teórica y prácticamente danza butoh con  Susanne Daeppen en Suiza, Tadashi Endo en Alemania y Susana Reyes en Ecuador. Al mismo tiempo, esta beca le permite integrar sus estudios en Etnoeducación para acercarse a las danzas rituales de las etnias Arhuaco y Wayúu en Colombia.

 

En 2021 recibió la beca "Förderakzent" del Cantón de Berna para realizar su proyecto “Danzas del río Magdalena” en Colombia, la cual tiene como objetivo estudiar las danzas tradicionales que se extienden desde el nacimiento hasta la desembocadura del río Magdalena.

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Andrea ha encontrado en la danza Butoh el canal perfecto para una danza auténtica y radical que le ofrece un abanico infinito de posibilidades creativas y estéticas que van más allá de la forma material. En sus piezas y performances, Andrea explora temas como el nacimiento y la muerte, la feminidad, las estructuras visibles e invisibles en la naturaleza y en el cuerpo humano, la fragilidad y la fuerza, el arcaísmo y la modernidad, siempre partiendo de una profunda busqueda física, sensorial, emocional y filosófica que traduce a un lenguaje de danza  radical y propio.